Caducidad

Ilustrado por: Mariana Betancourt Chaves 
Instagram: @mariposa__bohemia
Autora: Andrea Valentina Guáqueta Rojas. 
Correo: guaqueta@javerianacali.edu.co 

Cuento


 

Si de hablar de éxito se trata, prefiero evitar hablar de carros o aviones, millones y tentaciones. Qué ambigüedad, qué insensatez, qué cólera siento al relacionar tal palabra con algo tan banal. Yo hablaría de ti, del precio de tu amor, del cinismo de tu amor. Quédoloroso es esforzarse, qué difícil se torna explicar el significado de mi éxito en un mundo tan triste y gris. 

Desde que te conocí logré comprender lo valioso que eran las pequeñas cosas que podías brindar. Luego de una vida de desenfreno, lo mínimo se convirtió en mi mayor anhelo. He jurado, por el bien de los dos, guardar mis sentimientos profundamente con el fin de no ahuyentar tu corazón. ¿Quién podría comprender que la cercanía de tus labios o el suave movimiento de tus manos superaría cualquier actitud atrevida o palabra vacía? No me juzgues mi amor, solo siento el peso de mi corazón llegando casi a la punta de mi talón. 

Recuerdo fielmente la caminata que tuvimos en abril por la playa. Recuerdo tus palabras, los sueños que estas contenían, tus promesas y peticiones, todo tenía que ver conmigo. Quéfortuna poder oírlo, qué maravilla ser objeto de tus deseos. Lamento que la leche del refrigerador no fuera lo único que tuviera caducidad. Mi objetivo no es culparte, mi vida, significabas mi éxito y mi plenitud, eras mis millones y mis aviones, el objeto de mis pasiones, mi mundo y mi libertad. 

Quisiera poder explicarlo e identificar la manera de propagar este sentimiento al mundo. Porque, aunque no estés, aunque tus promesas y prioridades fueran igual de vanas a mis antiguas ambiciones, siento pleno orgullo de las experiencias vividas junto a ti. Me encantaría volver a agradecer tu compañía diaria, quisiera volver al momento en el que una palabra tuya significaba mi realización. Yo no soy nada sin ti y me comienzo a preocupar. Esperaba que al encontrar el significado del éxito en algo más que lo material, lograra mi paz, pero solo se siente vacío. Parece que corro en círculos, millones de ellos que terminan en un mismo lugar. 

Por años he intentado deshacerme de las banalidades actuales. Mi meta no se basa en tener dinero y viajar, tampoco en conseguir prendas y modelar. No quiero hijos y mi perro no es suficiente. Mis pasiones suelen cambiar. Lo he intentado todo. La comida no me llena, mi casa no es lo suficientemente grande o pequeña. Mis amigos nunca son los adecuados, el alcohol no emborracha lo conveniente. Ni siquiera busco abordar un tema sexual, simplemente la vida se me va.

Lo busqué en ti y me sentí bien, todo en ti estaba bien. Eras lo que quería, lo que necesitaba, lo que me llenaba. Creí finalmente conseguir mi cometido, por fin era algo más que simple capricho u objeto de estudio en el laboratorio de experimentación. Jamás entenderás lo que tus ojos significaban. Vete y déjame nuevamente a la deriva, lárgate y nunca se te ocurra regresar. No puedo perdonar tu falta de tacto, o el mío. ¿Cómo pude permitir creer que eras lo que me faltaba? El éxito no es para mí. He decidido vivir sin rumbo fijo, sin una meta aparente. 

Soy una joven triste e infeliz. Jugué mi vida y suerte por ti. Si no es nada de lo que el mundo ofrece, si no eres tú quien me lo ofrece, si ya no es nada más, prefiero la muerte que estar. Prefiero no sentir, que vivir buscando lo invisible, lo imperceptible. Soy un alma a la deriva, lo suficientemente cobarde para seguir luchando por lo que no está y probablemente no estará. Si mi éxito no eres tú, no lo quiero, si significa tu rechazo y abandono, no estoy dispuesta a perseguirlo y si mi vida no cobra sentido, que no lo tenga.